Por Walter Moore y Marcelo Gullo

Ahora el gobierno popular cuenta con la mayoría parlamentaria necesaria para modificar la constitución y derogar los artículos que la funesta reforma de 1994, que surgida por el acuerdo entre Menem y Alfonsín, convalidó la entrega del patrimonio de todos los argentinos a nuestros enemigos de siempre.

 Es el momento de denunciar el Acuerdo de Madrid, donde Cavallo firmó no sólo nuestra derrota en Malvinas sino que ofreció como “reparación de guerra” a los británicos las riquezas de nuestro subsuelo y la entrega de nuestras empresas públicas, lo cual fue convalidado con el Tratado de Londres de Protección de las Inversiones Extranjeras. Este Tratado, que fuera convalidado por el Congreso nacional, también debe ser denunciado, y para esto es necesario deshacer los puntos de la entrega convalidados en la Reforma Constitucional de 1994.

 Los patriotas conocedores de las implicaciones legales de tales actos, que han estudiado cuánto le costará al Estado Argentino la recuperación de YPF, llegaron a la conclusión que no debemos pagarle un centavo, porque las violaciones e incumplimientos que la empresa pseudo española REPSOL, son tantas que justifican la ruptura de la concesión y la recuperación del resto de los bienes de los cuales se apoderaron.

 Los británicos no ganaron la Guerra de Malvinas en 1982 sino en 1990, cuando los traidores a la Patria encaramados en el poder entregaron nuestro patrimonio nacional a nuestros enemigos.

 Solamente un país derrotado en una guerra total entrega a los vencedores las empresas que son el corazón que bombea la energía que nos permite existir, o el sistema nervioso que controla nuestras comunicaciones y transportes.

 Así como recuperamos Aerolíneas Argentinas, revelando la enorme estafa que fue su entrega, debemos hacer lo mismo con nuestro sistema energético. ¿Cómo es posible que una empresa británica maneje parte de la distribución de nuestro gas? ¿Y cuantas otras empresas extranjeras son manejadas por los británicos escondidos detrás de sedes en países del Commonwealth, tales como Canadá, Australia, Nueva Zelandia o en sus aliados sudamericanos que viven en nuestro vecino de la costa del Pacífico?.

 ESTE ES EL MOMENTO: LA SITUACIÓN INTERNACIONAL LO HACE POSIBLE.

 Gran Bretaña se encuentra en graves problemas económicos y políticos. Su alianza con Europalandia (la Europa del euro) se deteriora cada vez más. Su deuda externa es gigantesca y su déficit fiscal no hizo quebrar al país porque ellos siguen emitiendo su propia moneda y compensan sus deudas emitiendo Libras Esterlinas. Políticamente también tienen conflictos graves: Escocia está estudiando separarse del Reino Unido, e Irlanda del Norte empieza a considerar que su unificación con la otra Irlanda les dará mayores beneficios que su alianza con los ingleses.

 La participación en las aventuras bélicas de su eterno socio allende el Atlántico, han dejado sus arcas exhaustas, y no pueden reconstruir su flota después de haberse quedado sin ningún portaaviones.

 El envío de un submarino dotado de armas nucleares, con el cual amenazaron destruir la fábrica de aviones de Córdoba, fue impune en 1982, pero la relación de fuerzas ha cambiado, y ahora deben dar explicaciones por la forma en que violan el tratado de limitación de armas nucleares en nuestra región, con el peligro representado por una potencia agresora con armas nucleres, que no respeta los tratados internacionales.

 DEBEMOS RECONSTRUIR LA ARGENTINA DESTRUIDA POR EL LIBERALISMO DE MARTINEZ DE OZ, ALFONSÍN Y CAVALLO

 Re-estatizar y re-nacionalizar las grandes empresas argentinas, entregadas cuando fue derrotado el gobierno nacional y popular, es un imperativo de la hora.

 REPSOL, es decir, Gran Bretaña, y aún la Unión Europea, que se pliega a este país al reconocer la soberanía británica sobre Malvinas, no tienen fuerza política ni económica para oponerse a estas acciones de imprescindibles para retomar el control de nuestra economía y distribuir entre los argentinos la riqueza que ahora se llevan los europeos. El actual apriete de este conjunto, prueba que se preparan unidos, para defender los bienes mal habidos.

 Hoy ellos no sólo no nos compran casi nada, además no sólo se llevan lo que gastamos en servicios públicos que eran del Estado Argentino, sino que nos venden muchísimas cosas que deberíamos producir aquí, o comprarles a países aliados[1], no a enemigos probados.

 En otras palabras, ni Europa, ni Estados Unidos[2] pueden tomar represalias económicas si recuperamos lo que es nuestro, básicamente porque se perjudicarían económicamente, cosa inadmisible en este capitalismo crepuscular.

 Pero el Imperio está herido pero no muerto. Ellos buscarán que los países que son grandes compradores de nuestra producción, participen de la propiedad de YPF y de otras grandes empresas extranjerizadas, porque ellos sí pueden tomar represalias comerciales.

 Nosotros debemos recuperarnos de la Guerra Perdida y el saqueo posterior realizado por Inglaterra, sus aliados europeos y con la complicidad de una clase de traidores que nada tienen que envidiarles a los canallas que cometieron los crímenes de lesa humanidad para enriquecerse.

 Así como logramos la derrota de la dictadura militar que arrasó con las vidas de los jóvenes argentinos, y les estamos haciendo pagar por sus canalladas, debemos derrotar a los delincuentes de Lesa Patria, que destruyeron el poderío de nuestra Nación.

 Imaginemos, por un momento el estándar de vida del Pueblo argentino que tendríamos, que repartimos internamente las decenas de miles de millones de dólares que los saqueadores europeos se llevan cada año, sumados a las otras decenas de miles de millones de dólares que debemos gastar afuera de la Argentina, porque no explotamos nuestros propios recursos y servicios, y podemos imaginar que viviríamos mejor que los europeos y norteamericanos, y sin explotar a nadie.

Este es el momento, esta debe ser la epopeya que nos debe unir en este período de gobierno: Distribuir entre los argentinos el bienestar que se llevan los bancos y las corporaciones a sus sedes centrales, muchas de las cuales están alimentando a nuestros enemigos y saqueadores de siempre: Los británicos.

Buenos Aires, 2 de abril de 2012


[1] Por ejemplo a los miembros del BRICS.

[2] Que tiene un superávit comercial de u$s 4.000 millones con nuestro país.

Publicado: http://www.patriagrande.org.bo/articulosabril2012.php?idrevista=54&idarticulo=1648